domingo, 31 de diciembre de 2017

Comentario: Natasha Walter, "Muñecas otra vez"



Os dejo el enlace al artículo de  Natasha Walter, "Muñecas otra vez".   

En caso de necesitarse, se sugieren las siguientes claves para la realización del comentario. 

- Temática que aborda e ideas principales del texto. 
- Establece relaciones con problemas de la sociedad actual.
- Realiza una valoración crítica del texto.

Para evaluar el comentario se tendrán en cuenta:

- La capacidad de argumentación y la claridad expositiva.
- El uso de términos específicos.

- La capacidad de relacionar conceptos, argumentos y establecer vínculos con problemas sociales, éticos y filosóficos. 

lunes, 27 de noviembre de 2017

Análisis de textos de Aristóteles V



Texto 9

“Que la felicidad perfecta es una actividad contemplativa será evidente también por lo siguiente. Consideramos que los dioses son en grado sumo bienaventurados y felices, pero ¿qué género de acciones hemos de atribuirles? ¿Acaso las acciones justas? ¿No parecerá ridículo ver a los dioses haciendo contratos, devolviendo depósitos y otras cosas semejantes? ¿O deben ser contemplados afrontando peligros, arriesgando su vida para algo noble? ¿O acciones generosas? Pero, ¿a quién darán? Sería absurdo que también ellos tuvieran dinero o algo semejante. Y ¿cuáles serían sus acciones moderadas? ¿No será esto una alabanza vulgar, puesto que los dioses no tienen deseos malos? Aunque recorriéramos todas estas virtudes, todas las alabanzas relativas a las acciones nos parecerían pequeñas e indignas de los dioses. Sin embargo, todos creemos que los dioses viven y que ejercen alguna actividad, no que duermen, como Endimión. Pues bien, si a un ser vivo se le quita la acción y, aún más, la producción, ¿qué le queda, sino la contemplación? De suerte que la actividad divina que sobrepasa a todas las actividades en beatitud, será contemplativa, y, en consecuencia, la actividad humana que está más íntimamente unida a esta actividad, será la más feliz. Una señal de ello es también el hecho de que los demás animales no participan de la felicidad por estar del todo privados de tal actividad. Pues, mientras toda la vida de los dioses es feliz, la de los hombres lo es en cuanto que existe una cierta semejanza con la actividad divina; pero ninguno de los demás seres vivos es feliz, porque no participan, en modo alguno, de la contemplación”. (Ética a Nicómaco X, 8).

Análisis

Tema: ¿Cuál es la felicidad más perfecta?
Tesis: La felicidad más perfecta se encuentra en la actividad contemplativa, que es propia de los dioses y a semejanza de ellos también del hombre
Argumentos:
1) Los dioses son los más felices y bienaventurados.
2) Sin embargo, no parece que se pueda decir de ellos que se dedican a las actividades que se encuentran asociadas a las virtudes éticas.
3) La actividad que cabe por ello atribuir a los dioses es la contemplación.
4) La actividad humana que más íntimamente esté unida a esta actividad de los dioses, esto es, la contemplación, será la más feliz.
5) Si los animales no son felices, es porque no son capaces de actividad contemplativa.

Al final del texto, todos estos argumentos se resumen en dos:
1) Si toda la vida de los dioses es feliz, la de los hombres lo es en cuanto que en ellos se da una semejanza con la actividad divina a través de la contemplación.
2) Si sólo el hombre es feliz es porque es el único ser vivo que participa de la contemplación.

Por tanto, la felicidad más perfecta es la actividad contemplativa, que poseen los dioses y a semejanza de ellos también el hombre.

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Texto 10

“Ya que vemos que cualquier ciudad es una cierta comunidad, también es evidente que toda comunidad está constituida con vistas a algún bien (…). Así que todas las comunidades pretenden como fin algún bien; pero sobre todo pretende el bien superior la que es superior y contiene a las demás. Ésta es la que llamamos ciudad y comunidad cívica.
Cuantos opinan que es lo mismo regir una ciudad, un reino, una familia y un patrimonio con siervos no dicen bien. Creen, pues, que cada una de estas realidades se diferencia de las demás por su mayor o menor dimensión, pero no por su propia especie. Como si uno, por gobernar a unos pocos, fuera amo de una casa; si a más, administrador de un dominio; si a más aún, rey o magistrado; en la idea de que en nada difiere una casa grande y una ciudad pequeña, ni un rey y un gobernante político, sino que cuando uno ejerce el mando a título personal resulta un rey, y cuando lo hace según las normas de un arte peculiar, siendo en parte gobernante y gobernado, es un político. Pero eso no es verdad”. (Política I, 1)

Análisis

Tema: Naturaleza de la polis o ciudad
Tesis: hay dos.
Primera tesis: La polis es la comunidad superior o más perfecta y contiene a las demás.
Argumentos:
1. Todas las comunidades tienden a un fin, que es satisfacer mejor las necesidades naturales del hombre.
2. Sin embargo, sólo la polis pretende el bien superior, es decir, sólo la polis puede constituir el marco donde se dé la felicidad o la vida buena de todos sus miembros como fin natural del hombre.
Aquí habría que añadir información que no aparece en el texto: si la polis es el lugar donde se hace posible la felicidad o la vida buena, es porque sólo la polis tiene, frente a otras comunidades previas, un carácter autosuficiente; porque, al permitir el tiempo de ocio, permite dedicarse a la vida teorética; también porque es el lugar de la justicia, que constituye el orden estructural de la polis.

Segunda tesis: La ciudad o polis posee unas características propias, una naturaleza propia, que impide que se pueda gobernar de la misma forma en que se gobiernan otras formas de agrupación comunitaria.
Argumento:
1. La ciudad no se diferencia de las demás formas de agrupación comunitaria por su tamaño, sino por su naturaleza.
También aquí habría que añadir información que no aparece en el texto: Se diferencia, como ya se ha dicho antes, en que sólo la polis, frente a las otras comunidades, es el lugar de las leyes y de la justicia, y sólo dentro de un orden cívico donde impere la justicia podrá el hombre alcanzar la vida buena. Por tanto, el gobierno de la polis tiene, frente a otras formas de gobierno, la exigencia de ordenarse por medio de la justicia. Se podría igualmente completar el comentario hablando de las diferentes formas de gobierno que distingue Aristóteles (soberanía recta, desviada...)

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Texto 11

“La comunidad perfecta de varias aldeas es la ciudad, que tiene ya, por así decirlo, el nivel más alto de autosuficiencia, que nació a causa de las necesidades de la vida, pero subsiste para el vivir bien. De aquí que toda ciudad es por naturaleza, si también lo son las comunidades primeras. La ciudad es el fin de aquéllas, y la naturaleza es fin. En efecto, lo que cada cosa es, una vez cumplido su desarrollo, decimos que es su naturaleza, así de un hombre, de un caballo o de una casa. Además, aquello por lo que existe algo y su fin es lo mejor, y la autosuficiencia es, a la vez, un fin y lo mejor.
De todo esto es evidente que la ciudad es una de las cosas naturales, y que el hombre es por naturaleza un animal social, y que el insocial por naturaleza y no por azar es un ser inferior o un ser superior al hombre. Como aquél a quien Homero vitupera: “sin tribu, sin ley, sin hogar” (…)
La razón por la cual el hombre es un ser social, más que cualquier abeja y que cualquier animal gregario, es evidente: la naturaleza, como decimos, no hace nada en vano, y el hombre es el único animal que tiene palabra. Pues la voz es signo del dolor y del placer, y por eso la poseen también los demás animales, porque su naturaleza llega hasta tener sensación de dolor y de placer e indicársela a otros. Pero la palabra es para manifestar lo conveniente y lo perjudicial, así como lo justo y lo injusto. Y esto es lo propio del hombre frente a los demás animales: poseer, él solo, el sentido del bien y del mal, de lo justo y de lo injusto, y de los demás valores, y la participación comunitaria de estas cosas constituye la casa y la ciudad”. (Política I, 2)

Análisis

Tema: La comunidad política en relación a la naturaleza del hombre.
Tesis: Pueden en este caso distinguirse dos, aunque, como veremos al final, ambas se dejan ligar en una única tesis.
Primera tesis: La ciudad es la comunidad más perfecta, porque tiene el nivel más alto de autosuficiencia.
Argumentos:
- Las comunidades primeras son por naturaleza, pues nacieron de manera natural para satisfacer las necesidades de la vida.
- La ciudad también es por naturaleza, porque es el fin de todas las comunidades primeras, esto es, aquello hacia lo cual éstas tienden según su desarrollo. Según la concepción teleológica de Aristóteles, "la naturaleza es fin", es decir, está inscrito en el propio modo de ser de las comunidades primeras que acaben convirtiéndose en polis.
- Además, el fin de algo es lo mejor y la autosuficiencia es fin, es decir, aquello a lo que tienden todas las comunidades, y también lo mejor, porque son las comunidades autosuficientes las que mejor satisfacen las necesidades de la vida.

Por tanto, la ciudad es la comunidad más perfecta, por poseer lo mejor de toda asociación comunitaria, que es la autosuficiencia.

Segunda tesis: El hombre es por naturaleza un animal social o cívico.
Argumentos:
- Los insociales por naturaleza son o bien los animales o bien los dioses.
- La naturaleza no hace nada que no tenga alguna finalidad o sentido (no hace nada en vano) y el hombre es el único animal que habla, que tiene el don de la palabra y el lenguaje.
- Así como la voz sólo sirve para transmitir sensaciones de dolor y placer, y por ello también la poseen los animales, la palabra sirve para manifestar lo bueno y lo malo, lo justo y lo injusto, es decir, todo lo relacionado con la justicia y las virtudes morales, y estas manifestaciones sólo cobran sentido en el seno de una comunidad cívica como es la polis, que es el lugar donde se pueden dar la justicia y el resto de virtudes.

Por tanto, puesto que tiene un lenguaje que expresa lo que sólo puede acontecer plenamente en la polis, el hombre es por naturaleza un animal social o cívico.

No obstante, las dos tesis no se encuentran desconectadas, sino ligadas la una a la otra: la ciudad, en cuanto comunidad más perfecta, es natural (puesto que cada cosa tiende por naturaleza a lo mejor, y la ciudad es la mejor comunidad); y entonces podría decirse que el hecho de que la ciudad sea algo natural se fundamenta en la propia naturaleza social o cívica del hombre.

En este sentido, la tesis unitaria que se desprende del texto es que la ciudad es la comunidad perfecta en función de la propia naturaleza social o cívica del hombre.

miércoles, 15 de noviembre de 2017

Modelo Examen Freud

1. Hasta el siglo XIX, la imagen del ser humano que proponía la psicología:
a) había aceptado el papel de la conciencia como foco regulador de la conducta humana y la prioridad en ella de los sentimientos.
b) estaba dominada por la idea del privilegio de la conciencia y prejuicios intelectualistas.
c) consideraba que el ser humano se orientaba por motivos racionales e irracionales.

2. Los dos hechos que contribuyeron a que Freud rompiera con esa imagen son:
a) su encuentro con la enfermedad mental y los casos de histeria.
b) su conocimiento de la mente trastornada y el descubrimiento del inconsciente.
c) su investigación sobre los casos de histeria y su propio autoanálisis.

3. La eliminación del reduccionismo conciencista de la teoría freudiana está relacionada con:
a) el descubrimiento de zonas inconscientes en el psiquismo humano.
b) el descubrimiento de la enfermedad mental.
c) el descubrimiento de fuerzas pulsionales.

4. El psicoanálisis:
a) se centra fundamentalmente en el estudio de la personalidad enferma.
b) propone una interpretación de los mecanismos de funcionamiento de la mente humana.
c) considera que la enfermedad mental procede del conflicto entre diferentes fuerzas pulsionales.

5. La interpretación de la psique humana que propone el psicoanálisis tiene por objetivo:
a) demostrar la existencia del inconsciente, desconocido antes de su surgimiento.
b) hacer legibles las leyes del inconsciente.
c) las dos respuestas anteriores son verdaderas.

6. Otros teóricos influyentes en las teorías de Freud fueron:
a) Nietzsche, con su crítica al concepto pulsional del ser humano.
b) Charcot, médico francés.
c) Breuer, psiquiatra famoso por sus teorías sobre la neurosis.

7. Aun cuando Freud practica durante un tiempo la hipnosis sobre los enfermos mentales, termina rechazando este método porque:
a) tras un tiempo, los síntomas reaparecían y se agravaban.
b) tras la hipnosis, los enfermos mostraban un alto grado de confusión.
c) no todos los enfermos eran susceptibles de ser hipnotizados.

8. El método terapéutico del talking cure:
a) consiste en la curación del enfermo gracias a las palabras e indicaciones que le da el psicoanalista.
b) permite restablecer la comunicación del sujeto con sus vivencias inconscientes.
c) es también llamado “catarsis”.

9. El llamado “amor de transferencia”:
a) consiste en el accidental enamoramiento del terapeuta hacia el enfermo durante la terapia.
b) está relacionada con el mecanismo de defensa del desplazamiento, sólo que con carácter transitorio.
c) las dos respuestas anteriores son falsas.

10. Un lapsus linguae es: 
a) un acto fallido consistente en trabarse la lengua.
b) un acto fallido consistente en decir algo distinto a lo que se pretendía decir, y que revela algo de nuestro inconsciente.
c) un acto fallido consistente en llamar a una persona con el nombre de nuestro padre o madre, lo cual revela un deseo reprimido e inconsciente hacia tal progenitor.

11. En el mecanismo de la elaboración onírica llamado “condensación”:
a) un conjunto de ideas latentes se transforma en una historia confusa y llena de saltos espaciotemporales.
b) un conjunto de ideas latentes se condensa en una figura de relevancia en el sueño.
c) un conjunto de ideas latentes se expresa por medio de un pequeño detalle. 

12. Freud concibe la libido como:
a) la energía psíquica que se asocia a las pulsiones sexuales.
b) la satisfacción que genera la supresión de la tensión psicológica.
c) las dos respuestas anteriores son verdaderas.

13. En el mecanismo de defensa de la conversión, el sujeto:
a) proyecta sus deseos sobre un objeto que reemplaza a la causa original de sus deseos.
b) convierte sus pulsiones en motivaciones socialmente aceptables.
c) traduce sus tensiones psíquicas en un malestar o patología físicos.

14. Para el psicoanálisis, las zonas erógenas son:
a) zonas del psiquismo donde se originan las pulsiones sexuales.
b) zonas epidérmicas y mucosas en las que se focaliza la búsqueda del placer.
c) zonas del cuerpo fácilmente excitables al contacto físico.

15. Según la teoría freudiana del desarrollo psicosexual:
a) la fase oral es decisiva en lo que respecta a la evolución psicosexual.
b) no todos los niños sufren el complejo de Edipo.
c) el llamado período de latencia se prolonga hasta la edad adulta.

16. El llamado carácter oral depende, según Freud:
a) de que la madre frustre las pulsiones eróticas del bebé.
b) de una relación afectiva poco satisfactoria con la madre durante los primeros meses de vida.
c) las dos respuestas anteriores son verdaderas.

17. Comenta el siguiente fragmento de Freud:


«Un proverbio advierte la imposibilidad de servir a la vez a dos señores. EI pobre yo se ve aún más apurado: sirve a tres severos amos y se esfuerza en conciliar sus exigencias y sus mandatos. Tales exigencias difieren siempre, y a veces parecen inconciliables; nada, pues, tiene de extraño que el yo fracase tan frecuentemente en su tarea. Sus tres amos son el mundo exterior, el super-yo y el ello. Si consideramos los esfuerzos del yo para complacerlos al mismo tiempo o, mejor dicho, para obedecerlos simultáneamente, no lamentaremos ya haberlo personificado y presentado como un ser aparte. Se siente asediado por tres lados y amenazado por tres peligros a los que, en caso de presión extrema reacciona con el desarrollo de angustia. Por su procedencia de las experiencias del sistema de la percepción está destinado a representar las exigencias del mundo exterior, pero quiere también ser un fiel servidor del ello, permanecer en armonía con él, recomendarse a él como objeto y atraer a sí su libido. En su empeño de mediación entre el ello y la realidad se ve obligado muchas veces a revestir los mandatos inconscientes del ello -con sus racionalizaciones preconscientes-, a disfrazar los conflictos del ello con la realidad, a fingir, con insinceridad diplomática, una atención a la realidad aun en aquellos casos en los que el ello ha permanecido rígido e inflexible. Por otra parte, es minuciosamente vigilado por el rígido super-yo, que le impone determinadas normas de conducta, sin atender a los mandatos problemáticos por parte del ello y del mundo exterior, y le castiga en caso de infracción con los sentimientos de inferioridad y culpabilidad. De este modo, conducido por el ello, restringido por el super-yo y rechazado por la realidad, el yo lucha por llevar a cabo su misión económica, la de establecer una armonía entre las fuerzas y los influjos que actúan en él y sobre él; y comprendemos por qué, a veces, no podemos menos de exclamar: «Qué difícil es la vida!» Cuando el yo tiene que reconocer su debilidad, se anega en angustia, angustia real ante el mundo exterior, angustia moral ante el super-yo y angustia neurótica ante la fuerza de las pasiones en el ello. »
Sigmund Freud, Lección XXXI. DISECCIÓN DE LA PERSONALIDAD PSÍQUICA 

a) Señala las ideas fundamentales del texto.

b) ¿A qué tópica hace referencia? ¿Qué relación se da entre ambas tópicas?

c) ¿Qué principios entran en juego en la segunda tópica?

d) ¿A qué se refiere Freud con la  siguiente afirmación": el yo lucha por llevar a cabo su misión económica"? ¿En qué consiste el "principio de economía" del psiquismo?

martes, 14 de noviembre de 2017

Algunas anotaciones para comprender los textos de Aristóteles: Ética a Nicómaco, Libro X, 6-8



Capítulo 6:

La concepción aristotélica de la ética es teleológica: lo bueno para una persona es aquello que conduce a su felicidad. La felicidad es el fin de todas nuestras acciones, el bien supremo humano. Todo el mundo está de acuerdo en que el bien supremo del hombre es la felicidad, porque es buscada por sí misma y todas las demás cosas son buscadas por ella (es decir, aun cuando no seamos conscientes de ello, todas nuestras acciones las llevamos a cabo con el fin de que nos conduzcan a la felicidad o a la vida buena, a lo que creemos mejor para nosotros porque nos hará más felices).

Aristóteles señala que la felicidad no es un modo de ser, sino una actividad. Con ello quiere decir que la vida humana consiste en actuar, en hacer cosas, y son nuestras acciones las que nos hacen felices o desgraciados.

La felicidad es una actividad deseada por sí misma. Pero parece que hay dos cosas que son deseadas por sí mismas:

- Las diversiones: éstas no pueden ser el fin de la vida porque, aunque sean deseadas por sí mismas, no son valiosas por sí mismas; nos sirven para relajarnos, para el ocio, para descansar del trabajo, es decir, para realizar mejor otra actividad.

- Las acciones de acuerdo con la virtud: son las acciones que conducen a la felicidad, pues ésta consiste en una actividad de acuerdo con la virtud, con la excelencia humana.

Ahora bien, cuando Aristóteles define la felicidad como la actividad de la mejor parte de hombre de acuerdo con la virtud más excelsa no está refiriéndose a las virtudes morales (recordemos que éstas sólo podían producir una felicidad menor) sino a las virtudes intelectuales o dianoéticas. Son estas virtudes las que corresponden a la más alta actividad del ser humano porque la actividad contemplativa es, para Aristóteles, la mejor actividad de la que somos capaces. Y esto es así porque consisten en el ejercicio de lo que hay de mejor en nosotros, que es la razón, y lo que por tanto nos conducirá a la mayor felicidad.

Así pues, el hombre absolutamente feliz será aquel que se dedique a la contemplación de lo universal y necesario. Esta dedicación es la más perfecta a la que se puede dedicar el hombre porque desarrolla la parte más excelsa que tiene como ser racional y constituye, por ello, el fin último del hombre.

Capítulos 7 y 8:

En estos capítulos, Aristóteles defiende que la vida contemplativa o teórica constituye la máxima felicidad del ser humano. Los argumentos que da para defender esta posición los tenéis hacia el final del tema, después de la selección de textos.

No obstante, se pueden añadir algunas aclaraciones a esos argumentos:

- La vida contemplativa es la actividad más excelente porque corresponde a la mejor de las virtudes dianoéticas, que es la virtud de la sabiduría. Hay que recordar que Aristóteles define la sabiduría como la unidad de la ciencia y la inteligencia: la sabiduría consiste tanto en realizar demostraciones correctas (ciencia) como en la captación de los axiomas o primeros principios de las ciencias.

- Otra razón que lleva a Aristóteles a afirmar que la felicidad absoluta consiste en la vida contemplativa hace referencia a la vida de los dioses. No parecen propias de los dioses las acciones, aunque éstas sean justas o valientes. Menos aún se dedicarán los dioses a la producción de objetos. Sólo la contemplación parece digna de unos seres perfectos. Y puesto que la contemplación es la actividad propia de los dioses y éstos son felices así, el hombre, en la medida en que puede realizar esta actividad que le asemeja a los dioses, también será feliz.

- Los animales quedan excluidos de la vida feliz porque, al no tener razón, no podrán dedicarse a la contemplación.

- El hombre más querido por los dioses es el que actúa según su intelecto. Parece lógico pensar que los dioses vean bien en los hombres lo que éstos tienen en común con ellos, es decir, la razón, y que premien a los hombres que la usan bien. Como es el hombre sabio el que mejor actúa según su intelecto, será el más amado por los dioses y, por tanto, el más feliz. 


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Algunas anotaciones para comprender los textos de Aristóteles: Ética a Nicómaco, Libro II, 4-6



Veamos en primer lugar un breve resumen de los contenidos de los capítulos precedentes a los que tenéis que leer.

Aristóteles comienza exponiendo que hay dos tipos de virtudes: las éticas, que se adquieren por la costumbre, y las dianoéticas, que surgen y crecen mediante la enseñanza.

Las virtudes éticas no se dan en nosotros por naturaleza, ya que sólo nacemos con la capacidad de adquirirlas. Por otra parte, se puede afirmar que de nuestras funciones naturales poseemos de entrada la capacidad, y posteriormente ejercemos las actividades. Por ejemplo, no es que por ejercer mucho la visión adquiramos la capacidad de ver, sino al revés: porque tenemos la capacidad de ver, podemos luego ejercerla. En cambio, con las virtudes no ocurre lo mismo, puesto que las adquirimos como resultado de la actividad, es decir, que practicando la justicia nos hacemos justos, y practicando la moderación, moderados.

Lo mismo ocurre con las artes: por ejemplo, nos hacemos constructores construyendo casas. Pero, además, un mismo medio puede producir una virtud o destruirla. Tanto el buen constructor de casa como el malo construyen casas. El resultado dependerá de lo que nos acostumbremos a hacer. De esto resulta que el modo de ser de una persona dependerá de las costumbres que adquiera desde su juventud. Por ello la ética trata de examinar cómo hay que realizar las acciones, pues de ello dependerá nuestra manera de ser.

La primera regla que ofrece Aristóteles en relación con nuestras acciones es que hay que evitar tanto el exceso como el defecto, ofreciendo un esbozo de la teoría del término medio que expondrá más tarde.

Hay que recordar también que, para Aristóteles, todos los hombres desean por naturaleza saber, y que hay tres tipos de saberes:

- El saber productivo, que se identifica con la técnica o las artes. Consiste en producir cosas siguiendo ciertas reglas (teniendo en cuenta que para Aristóteles tocar la guitarra también sería un saber productivo).

- El saber práctico, que consiste en saber actuar o comportarse del modo más conveniente. El fin de la acción práctica es la propia acción (y no un objeto exterior a ella misma).

- El saber contemplativo o teórico, que no tiene como fin ni la producción de objetos ni la acción, sino algo que es desinteresado y que puede identificarse con la ciencia.

Capítulo 4:

Según ha dicho Aristóteles, los hombres han de hacerse justos practicando la justicia. Pero esto parece encerrar una cierta paradoja, porque, ¿cómo podemos decir que los hombres se hacen justos practicando la justicia, si el hecho de practicar la justicia parece implicar que ya son justos? Lo mismo ocurre, por ejemplo, con el arte de la música: un músico, si practica la música, es porque ya es músico.

Sin embargo, para Aristóteles esta pregunta no tiene sentido porque no podemos establecer un paralelismo perfecto entre los que ocurre con las artes y lo que ocurre con las virtudes.

Las cosas producidas por las artes tienen su bien en sí mismas, y basta con que sean de una determinada manera, es decir, que estén bien hechas. En cambio, en el caso de las buenas acciones, es decir, de las acciones hechas de acuerdo con la virtud, no basta con que resulten de una cierta manera, sino que se necesita además que el que las lleva a cabo tenga una cierta disposición. En concreto, es necesario lo siguiente:

- que sepa lo que hace
- que elija esa acción y la elija por sí misma, y no por otra cosa (lo cual significa que una acción no es virtuosa si no se elige por ella misma, sino buscando un beneficio ulterior, o a cambio de algo)
- que realice la acción de una manera firme, como resultado de una disposición permanente (y no, por ejemplo, sin tener claro que lleva a cabo la acción por ser virtuosa, y no por otras motivaciones)

Nada de esto se necesita en el caso de las artes, que se pueden practicar sin que se den estas condiciones salvo la primera de ellas, la de saber lo que se hace. En cambio, para actuar virtuosamente, el conocimiento no cuenta mucho, pero el resto de condiciones tiene una importancia total, porque la virtud aparece como resultado de practicar muchas veces actos virtuosos.

De esta forma, una acción será justa y moderada si es tal que un hombre justo y moderado podría hacerla. Y un hombre será justo y moderado si las hace como las hacen los hombres justos y moderados.

Por tanto, un hombre se hará justo si realiza acciones justas, pero si no las realiza, nunca llegará a ser justo ni bueno.

El capítulo termina con la observación de que la mayoría de la gente no pone en práctica estas cosas, sino que creen poder convertirse en buenos sólo pensando, refugiándose en la teoría. Son como los enfermos que escuchan con mucha atención lo que les dice el médico, pero no hacen nada de lo que les mandan.

Capítulo 5:

Se inicia con la investigación sobre qué es la virtud. El contexto en el que aparece es el de la búsqueda de la felicidad por parte del hombre. La pregunta que se hace es: ¿en qué consiste la felicidad? La respuesta que aporta Aristóteles es que la felicidad consiste en alcanzar el verdadero fin del hombre. Este fin no es otro que el de hacer transcurrir la vida de acuerdo con la razón. La virtud consistirá, entonces, en llevar una vida basada en la razón. De esta forma, el ideal de felicidad sería el que representa la vida contemplativa o teórica.

No obstante, Aristóteles admite una felicidad de tono menor, pero más realizable. Es la felicidad que se alcanza por medio de la práctica de las virtudes morales, y se han de poseer unas condiciones materiales mínimas para alcanzar una buena vida.

Es evidente, por otra parte, que la virtud debe estar relacionada con el alma, pues es en ella donde se toman las decisiones con respecto a la propia vida. Ahora bien, ¿a qué parte del alma pertenece la virtud?
En el alma ocurren tres tipos de cosas distintas:

1. Pasiones, que son afectos acompañados de placer o dolor. Por ejemplo, el amor.
2. Facultades, a través de las cuales nos afectan las pasiones. Por ejemplo, la capacidad o facultad humana de sentir o amar.
3. Hábitos o modos de ser, en virtud de los cuales tenemos una conducta buena o mal respecto de las pasiones. Por ejemplo, amaremos mal si lo hacemos de forma obsesiva o indiferente, y bien, si lo hacemos de forma cariñosa y atenta.

Las virtudes y los vicios no son pasiones por lo siguiente:

1. Porque no se nos llama buenos o malos por las pasiones que experimentemos, sino más bien por la forma en que las manifestamos.

2. Porque para ser bueno o malo (virtuoso o vicioso), es necesario elegirlo, cosa que no ocurre con las pasiones, que experimentamos sin elección.

3. Porque las pasiones nos mueven a obrar, mientras que las virtudes y los vicios sólo nos dan cierta disposición actuar en determinada dirección, es decir, a manejar o manifestar nuestras pasiones de un modo u otro.

Las virtudes y los vicios tampoco son facultades:

1. Porque no somos virtuosos por poder tener meramente una pasión (por nuestra capacidad para sentir), sino por comportarnos de una manera u otra.

2. Porque las facultades se tienen por naturaleza, mientras que no somos buenos o malos por naturaleza, sino por decisiones tomadas libremente.

De ahí que las virtudes y los vicios no sean pasiones ni facultades, sino hábitos o modos de ser.

Capítulo 6:

Una vez concluido que la virtud es un hábito, Aristóteles se para a dilucidar qué clase de hábito es.

Lo que hace la virtud es perfeccionar aquello que posee dicha virtud y mejorar su funcionamiento propio. En el caso del hombre, éste será virtuoso si posee un hábito o modo de ser que le haga bueno y que le permita desarrollar bien su función propia. La virtud, por tanto, está relacionada con la eficiencia para conseguir el fin propio de aquello que posee la virtud. Así, dice Aristóteles, “la virtud del caballo hace bueno al caballo y útil para correr, para llevar al jinete y para hacer frente a los enemigos”, es decir, el caballo virtuoso será aquel que mejor cumple la función que le corresponde y por lo cual decimos que es un buen caballo.

Pero, ¿cuál es la naturaleza de la virtud? ¿En qué consiste? Para aclarar este asunto, Aristóteles define lo que entiende por término medio. Cabe hacerlo desde dos puntos de vista: desde el objeto y desde el sujeto.

- Desde el punto de vista del objeto, el término medio será aquel punto que diste igual de ambos extremos. Se trata, pues, del término medio aritmético.

- Desde el punto de vista del sujeto, el término medio no estará exactamente definido ni tiene por qué ser el mismo para todos. Es un concepto relativo, esto es, relativo a cada persona y sus circunstancias.

Aristóteles defiende que todo hombre razonable huye del exceso y del defecto, que son dos vicios, prefiriendo el término medio, no de la cosa, sino el relativo a nosotros. La virtud ética deberá tender hacia este término medio que tendrá que buscarse entre las pasiones y las acciones con las que esté relacionada. Por otra parte, el término medio es único para cada persona y para cada circunstancia, por lo que alcanzar el término medio (acertar con la acción correcta) es difícil y equivocarse en fácil.

En definitiva, Aristóteles considera la virtud ética como una disposición a decidir el término medio adecuado para nosotros, conforme al criterio que seguiría un hombre prudente, inteligente y con experiencia de la vida. Aristóteles establece así una relación entre las virtudes éticas y las dianoéticas, porque la virtud encargada de determinar el término medio de las virtudes éticas es la prudencia, que es una virtud dianoética práctica. La prudencia no es una ciencia, sino el resultado de la experiencia.

No obstante, no todas las acciones ni todas las pasiones admiten término medio. Algunas son extremadamente malas, bien por exceso o bien por defecto. 

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sábado, 11 de noviembre de 2017

Análisis de textos de Aristóteles II


Texto 3:


“Si esto es así en todos los casos, la virtud del hombre será también el modo de ser por el cual el hombre se hace bueno y por el cual realiza bien su función propia. Cómo esto es así, se ha dicho ya; pero se hará más evidente, si consideramos cuál es la naturaleza de la virtud. En todo lo continuo y divisible es posible tomar una cantidad mayor, o menor, o igual, y esto, o bien con relación a la cosa misma, o a nosotros; y lo igual es un término medio entre el exceso y el defecto. Llamo término medio de una cosa al que dista lo mismo de ambos extremos, y éste es uno y el mismo para todos; y en relación con nosotros, al que ni excede ni se queda corto, y éste no es ni uno ni el mismo para todos. Por ejemplo, si diez es mucho y dos es poco, se toma el seis como término medio en cuanto a la cosa, pues excede y es excedido en una cantidad igual, y en esto consiste el medio según la proporción aritmética. Pero el medio relativo a nosotros no ha de tomarse de la misma manera, pues si para uno es mucho comer diez minas de alimentos, y poco comer dos, el entrenador no prescribirá seis minas, pues probablemente esa cantidad será mucho o poco para el que ha de tomarla: para Milón, poco, y lo mismo en el caso de la carrera y de la lucha; para el que se inicia en los ejercicios corporales, mucho. Así pues, todo conocedor evita el exceso y el defecto, y busca el término medio y lo prefiere; pero no el término medio de la cosa, sino el relativo a nosotros”. (Ética a Nicómaco II, 6)

Análisis


Tema: cuál es la naturaleza de las virtudes éticas, cómo pueden definirse o determinarse las virtudes éticas (aunque en el texto no se diga expresamente, se deduce de la definición que da de ellas).

Tesis: Se podrían aquí distinguir dos tesis:

Primera: De entrada la virtud se define como el “modo de ser o hábito por el cual el hombre se hace bueno y por el cual realiza bien su función propia”, lo cual significa que la virtud es el modo de ser o hábito por el cual el hombre se perfecciona (puesto que la virtud hace mejor y más perfecto a quien la posee) y que le permite actuar de tal manera que pueda alcanzar la felicidad, que es el fin de todas sus acciones.

Segunda: Posteriormente, se detecta que Aristóteles está hablando de la virtud ética porque define esa virtud como el término medio entre el exceso y el defecto, pero no el aritmético sino el relativo a cada persona y a sus circunstancias.

Esta segunda tesis no se apoya sobre una estructura argumentativa, sino expositiva, encaminada a la determinación de la diferencia entre el término medio relativo a la cosa (aritmético) y el término medio relativo a nosotros (a cada persona) a partir de un ejemplo.
Secuencia de la exposición:
- Al dividir un continuo, si lo dividimos en partes iguales, lo igual es un término medio entre el exceso y el defecto.
- Pero aquí es posible distinguir entre:
a) un término medio relativo a la cosa: dista lo mismo de ambos extremos y es el mismo para todos.
b) un término medio relativo a nosotros: aquí el término medio es el que ni excede ni se queda corto, y no es el mismo para todos.
Ejemplo:
a) la media aritmética entre dos y diez es seis: seis es el término medio relativo a la cosa.
b) sin embargo, el término medio relativo a nosotros no puede obtenerse a partir de la media aritmética, pues, en el caso de que se tratara de comida, seis minas de comida pueden ser mucho o poco según la persona de que se trate.
Por eso, el que conoce la virtud evita el exceso y el defecto y busca el término medio, pero no el relativo a la cosa, es decir, el término medio aritmético, sino el relativo a nosotros.

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Texto 4:

“Estoy hablando de la virtud ética, pues ésta se refiere a las pasiones y acciones, y en ellas hay exceso, defecto y término medio. Por ejemplo, cuando tenemos las pasiones de temor, osadía, apetencia, ira, compasión, y placer y dolor en general, caben el más y el menos, y ninguno de los dos está bien; pero si tenemos estas pasiones cuando es debido, y por aquellas cosas y hacia aquellas personas debidas, y por el motivo y de la manera que se debe, entonces hay un término medio y excelente; y en ello radica, precisamente, la virtud. En las acciones hay también exceso y defecto y término medio. Ahora, la virtud tiene que ver con pasiones y acciones, en las cuales el exceso y el defecto yerran y son censurados, mientras que el término medio es elogiado y acierta; y ambas cosas son propias de la virtud. La virtud, entonces, es un término medio, o al menos tiende al medio. Además, se puede errar de muchas maneras (pues el mal, como imaginaban los pitagóricos, pertenece a lo indeterminado, mientras el bien a lo determinado), pero acertar sólo es posible de una (y, por eso, una cosa es fácil y la otra difícil: fácil errar el blanco, difícil acertar); y, a causa de esto, también el exceso y el defecto pertenecen al vicio, pero el término medio, a la virtud”. (Ética a Nicómaco II, 6)

Análisis

Tema: Naturaleza de las virtudes éticas.

Tesis: La virtud (ética) es un término medio entre el exceso y el defecto.

Argumentos:
1) la virtud ética se refiere a las pasiones y acciones.
2) en las pasiones y las acciones hay exceso, defecto y término medio.
2.1)- en las pasiones, ni el exceso ni el defecto están bien.
- se da en ellas el término medio y excelente si tenemos estas pasiones como es debido, y por aquellas personas que debemos, y por el motivo y de la manera que se debe.
2.2) también en las acciones hay exceso, defecto y término medio.
3) tanto en las pasiones como en las acciones, el exceso y el defecto yerran y son censurados, mientras que el término medio es elogiado y acierta.
4) Lo que es elogiado y acierta es propio de la virtud.

Por lo tanto, la virtud es un término medio entre el exceso y el defecto.

Al final del texto se añaden dos ideas que complementan la tesis:
- Se puede errar de muchas maneras, puesto que hay muchas maneras de excederse o de quedarse corto (pluralidad indefinida de excesos y defectos), mientras que sólo es posible acertar de una, puesto que el término medio relativo a nosotros sólo es uno.
- Por eso es fácil errar, es decir, caer en el vicio, y difícil acertar o ser virtuoso.